Extraño los latidos de tu corazón
el cascabel de tu loca sonrisa
tu respirar y tu andar de prisa
vivir sin ti no tiene ninguna razón.
Es dolorosa tu larga ausencia
tú indiferencias, de no darte cuenta
que tus mirada ya no me encuentra
y me consume con mi conciencia.
Pensar que yo…solo yo, fui el culpable
de que este amor no madurara,
pues de tu corazón no abrir la cerradura
nuestro final ya era muy palpable.
Extraño el sabor de tus labios carmesí
el fuego pasional de tus besos
hoy quisiera morir solo por esos,
momentos felices que ya no son así.
Extraño los latidos de tus miradas
entre pétalos de rosas ya marchitas
nuestro amor ya no tiene chispas
y nuestras bocas quedaron ya cerradas.
Nada tengo que decirte ni me dices
tal vez estés pensando en otro amor
los celos nos produce más dolor
ya ni Dios al pasar por mi lado dices.
Me prometes que pensaste en volver
cobijarte y protegerte entre mis brazos
no quisiera yo tener ningún fracasos
si, en tu cuerpo de diosa quiero arder.
Explotar como explotan las granadas
en tu vientre de volcán y fuego
hacerte el amor después del juego
y nuestras heridas queden bien curadas.
Retocemos en mi lecho de soltero
donde nos dimos los primeros besos
dejemos que se junten nuestros sexos
que nuestras almas bailen sus boleros.
que estalle tu boca con mi boca
Acaricio tus pechos dos capullos
de rosas recién nacidas
mientras tú me tomas las medidas
saber cuánto amor te entra con mis arroyos.
Con gemidos que parecen melodías
y acordes que salen de tu boca
el tenerte encima de mí me provoca
apretarte salvajemente y sin medidas.
Autor Joaquín Méndez.
Reservados todos los derechos.
viernes, 09 de mayo de 2014