Eran la atracción en poblados, pueblos y ciudades las movedizas marionetas de Juan el titiritero.
De tamaño natural brincaban y bailaban los fantoches de Juan el tramoyero, para solaz de gente muy variada...
Lo aclamaban rusticos y emperifollados caballeros. Dueñas y refinadas cortesanas.
De región en región fuerón consagrando los que las miraban a las marionetas del gran ilusionador.
Reyes y princesas principales eran los que aplaudian con fervor a los titeres cada vez mas famosos del esperado promotor.
Pero hete aqui que enfermó Juan... y quedando imposibilitado... al abrir su carro el alguacil se encontro descoyuntados a los \"muñecos\" de tanta fama...
...famelicos y ya vencidos, con las cuerdas vocales extirpadas, que esa voz tan extraña les daban...a los seres humanos esclavos que tanto espectáculo habían dado.
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