el sol y tu, sobre la carretera
un espasmo de gloria, la clavada.
estabas tú sentada, y tn desnuda,
que mis ojos más bien te contemplaban,
y gozaban de tí, del jugo eterno.
entre tus pechos ví un valle eterno
do deslizarme yo, sin mi prepucio,
te excitabas tú pues ante mi tema
de lenta operación, salidas breves.
entonces yo te ví, tú saludaste,
y notamos la mar en la metida.
no me la saques pues, que así me gusta,
apostillabas tú, y te hice caso.
clavad por atrás y por delante
un viernes transcurrió entre los pinos,
una tarde temprano, te llevaba
a casa de los tuyos con estilo.
entonces me contaste, intimamente
que habías visto tú miembros iguales,
y yo te pregunté, yo te exigía,
mas tú no respondías, me chupabas.
he comprendido pues que cuantas ganas
ponías tú en vaciar mi semen.
estabas tú tan bien, que me alegraba
al terminar con todo en tu agujero.
no me importaba pues, la consecuencia,
pues tú querías sexo