Amada, he crucificado el tiempo que lacera,
en el olímpo de tu mirar azulado
y, tus ojos de esfinge de arena ha llorado
grises llantos, de una tarde cualquiera.
Bella, hermosa cual capullo del horizonte de luz,
igual que el lucero más brillante, de la noche gentil
linda, como el crepúsculo nugrusco de aquella cruz.
Bella- bellisima, como una rosa blanca, entre opimas rosas rojas.
He crucificado el tiempo; hoy viviremos un poco más ,
solos en los campos, hecharemos suspiros al viento,
he de envolverme en tu vida, como polluelo del nidal
he crucificado el tiempo, en éste sentimiento.
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John Morales Arriola.