Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Enero del 2010.
Roberto Reyes Cortés.
5º.reyes
LA MANO
Tendí mi mano un día
abierta al sol extendida,
buscando con los dedos
flacos, cazar el polen del cielo,
coger los pájaros abiertos,
curar la profunda herida.
Abrí mi mano de nuevo
sobre los ojos del cuervo
que vuela en la espesa jungla
de la selva y el averno.
Volví a cerrarla cansada
porque en ella no cabía,
la grandeza de la rima que
se aleja en la penumbra.
Tiendo esta vez la mano
lanzada al rumbo del campo,
buscando aprehender
la nube que se escapa en
el arcano.
La prefiero así que puño,
la prefiero así que garra,
esa mi mano funesta
tan izquierda como diestra.
Pero hoy con gran desgano
abro mis manos al aire
y al roto confín lejano,
encontrando solamente
desengaño y cruel desaire,
de ese par
de ojos azules,
que se escapan
con donaire.
Y en ese tender y estirar
de mi mano, paso el tiempo
hasta llegar al final
entre mi mano y el viento.