Si algún día
de mi hacha se acabara el filo
por cantar tantas trovas a porfía,
que venga un tiempo de sigilo
donde pueda remendar mi corazón
que se debe al mundo proletario...
mas nunca mi idea podrá irse al zafacón
que aún embotada de su filo
Dios ha de pasarla al mollejón
y aunque les entre duda
saldrá de sus manos mas filuda
que las garras de un oso
que por el frío inverna
y que cuando la nieve abreva
con hambre de coloso
abandona el silencio de su cueva
y ruge al aire su grito poderoso,
que en este mundo no hay dolor mas rudo
que ante la injusticia reclamando sus despojos
quedarse ciego y mudo
cerrando del espíritu los ojos.....