No hay día que no recuerde
aquel tiempo ya lejano,
de mi niñez sin olvido
en mi amado Maldonado.
Cuantos momentos brillantes
y alegría en el corazón,
compartiendo días felices
con arena, playa y sol…
en el lugar elegido
para ver como allí crece
la familia y los amigos…
la vieja parada trece.
Cuantos instantes eternos
se dan cita en mi memoria,
armando el rompecabezas
que es mi vida y fue mi historia.
Mis recuerdos se remontan
al colegio que asistía,
en la calle Ituzaingó:
las Hermanas Capuchinas.
Saliendo por Sarandí
hasta la Plaza llegaba,
y enfrente en “La Colonial”
las medialunas compraba.
Inolvidables vecinos
que aún hoy nos convocamos
en esas páginas web
que la ciencia nos ha dado.
Los Bistiancic, los Abreu,
Reyes, López... los Belandro,
y todos los que estuvieron
a nuestra par caminando.
Un beso a Pimpo y Elena
Emy, Estela y Rosario…
cómplices de aquellos días
sin prisas y sin horarios.
Y la Iglesia Candelaria
donde fue mi comunión,
Santos Dumont y Gorlero
y el querido Mejillón.
La primer pizza por metro
en el Fragata encontrabas,
mi padre pidió “una pieza”…
comimos una semana.
Los productos “Cololó”
una marca de renombre…
Frigorífico San Carlos
y el Hotel del mismo nombre.
La lavandina …“Agua Jane”,
y según el agua que use
“Lavol rojo” con salobre
“Lavol azul” para dulce.
Los productos Conaprole,
parrillada Las Tablitas
el vino de Don Zanoni
cuantos recuerdos y citas.
El Faro allá en la punta…
plaza, barcos, piedra y sol,
la entrada en Parada uno
y el gran Hotel Nogaró.
La Barra en ondulaciones
de su puente y sus cangrejos,
la siete… I´Marangatú,
su escollera veo de lejos.
Mientras “la Mansa” dormía,
“la Brava” te revolcaba,
el Casino sonreía
y “sin dedos” te dejaba.
Y por la rambla al oeste
a “Las Delicias” se llega,
pasando por La Laguna,
llegando a Punta Ballena.
Y si salgo a caminar,
o en bicicleta sin miedo,
voy por Suiza hasta el Golfito
que en su estilo, fue un pionero.
Y decidí irme al Country
a Roosvelt y Arcobaleno,
“el azul” está llegando…
hace rato que lo espero.
Y si voy a “Las Delicias”
“el marrón” me ha de llevar,
lo tomás en Román Guerra
o Figueroa…es igual.
Si me levanto temprano
a “la Cachimba” he de andar,
para buscar agua fresca,
no salobre...natural.
Subo por 3 de Febrero
al Liceo Departamental,
frente “a casa” los Bomberos
y Campus Municipal.
Y me faltan muchos lados
que caminé junto a Dios,
el Faro de San Ignacio,
La casa de Vilaró;
Isla Gorriti y de Lobos,
Casino San Rafael,
La Barra de Portezuelo…
cuando los volveré a ver.
Allí pasé muchos años
de bienestar y confianza,
con mis padres y mi hermana
en Santa Teresa y Constanza.
Y ahora debo al terminar
esta oda de emociones,
reconocer que han caído
mis lágrimas a montones;
por tanta nostalgia buena
de esos momentos pasados,
de tanto amor en el alma
por mi viejo Maldonado.
Alicia Santi