Dominatorque

Nocturnidad

Rallaban las ramas el cielo

A medio camino, ente el hielo y el fuego

Cuando una gran ola de lava , el mar de los días

Estalló furiosa contra el horizonte.

 

Salpicadas de espuma, las estrellas

Intentaban emerger.

Respirar el primer olor de las leñas

El último calor del estío fallecido.

Comenzaba el reino de las luciérnagas

De las ramblas del jazmín.

 

Las montañas encogían sus soberbias,

Con la llegada de la reina.

Ojos de mercurio, súbditos de plata pulida

Nubes de translucido papel de arroz

Las flores dormitaban sus colores

Y el ruido , se lo tragaban agónicos los perros

El silencio, se vestía de velos cristalinos.

Como en un río sin fondo,

O un espejismo de manantiales lácteos

Daba comienzo, la noche.