Soneto
Mujer, Dios te formó de santa arcilla
y tu a mí como un integro guerrero
forjado a fuego con beso primero
con calor celestial ¡oh maravilla!
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HIJA, contigo mi existencia brilla
¡Atrás sueños infantiles! infiero
¡Atrás soplos colegiales! Reitero
atrás dejas a la honesta chiquilla
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Porque eres MADRE rindo pleitesía
por la montaña regada con besos
pues sin ti no escribo, ¡no existiría!
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Porque llenas el alma de embelesos
dadora de vida, ¿Quién lo diría?
Del Olimpo vienen esos sucesos.
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Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz, 2009”
Guatemala, C. A.