Y sigo en el mismo lugar,
aún no haciendo nada,
no tomando decisiones,
esperando que las cosas cambien por sí solas.
Me quedo cómoda esperando que todo se acomode y
no logro nada.
Y entonces pienso que tal vez sea lo mejor,
sufrirían muchas personas si tomo la
decisión errónea.
Me quedo en mi mundo
confiando sólo en el poder del Universo,
dejando en manos de la Energía divina todo mi ser
y todo lo que soy.
Me quedo como el árbol y al igual que él espero
que este amor que siento no termine en este otoño,
más bien renueve sus hojas en primavera.
Comprendo perfectamente que lo que está destinado a suceder,
siempre encontrará una forma única, mágica y maravillosa
para manifestarse;
Y que si algo está destinado a suceder lo hará sin
importar los obstáculos.