Madres que cobijan aun cuando tienen frio,
madres que se sacan el bocado de su boca,
madres con su pecho de escudero
y se desangran por un corazón que evoca.
Madres que sacrifican sus sueños
para velar por los nuestros;
madres de manos rugosas
de tanto labrar el cariño,
caras de surcos labradas
con mudas lagrimas
y ensimismadas miradas;
canas al tiempo ganadas
a sus bellas primaveras
a sus cálidos veranos
a sus lóbregos inviernos
y al otoño de sus sueños.
Hermes.
Adiezdemayodedosmilcatorcevillavicenciometacolombia.