¿Qué me das?
Distancia de flores y estremecida hora.
¿Quieres que así yo viva?
Ah ¡Jardín de mis sueños,
esperanza mutilada!
En una ciudad de niebla
me sumerjo, ya es calor apagado
tu promesa que, con boca florecida
me entregaste, ya es luna muerta
el beso que inauguró nuestra noche.
Amor que estableció
la carne y la belleza, ahora sólo deja
laberinto de penumbra y levanta
en mi madrugada soberana
aquél polvo, esa arena del insomnio.
Ah dolor de ausencia,
martirio de fuego que ya no quema,
¿qué permanece sino la flor solitaria
en el páramo de mi pecho,
entre la razón intacta?
¡Retorna hechizo y pasión!
Eras, amante, pura belleza no sesgada.
Mi corazón ahora da vueltas,
cercenada la escalera que al universo
lo subía.