Mis apacibles tardes de neblina
me llevan a ti ,
tu rostro navega en ella ,
acarician el ventanal
diciéndome déjame entrar ,
digo , ya estás aqui a mi lado
gozando la calidez de mis manos
que acarician tu suave espalda ,
que se conmueve al roce ,
me dices , baja mas ,
mira que esta tarde
mis tobillos desean tus caricias ,
sediento el momento ,
continua dando vuelta tu cuerpo ,
se deja apreciar en toda
su guardada belleza ,
la cual acelera
mi torrente sanguíneo ,
así como la tormenta
que inicia suavemente
para luego trasladarse intensamente ,
profundizándose en todo lugar
que encuentra ,
así , sucedía esa tarde de neblina
en nuestra habitación ,
unas velas armonizaban
con su aroma el ambiente ,
donde el tiempo no corría ,
sólo observaba a dos seres
con su vestuario original .