En apacible sonrisa
de ternura infinita,
un beso aguarda
con quietud y calma.
Con tanto anhelo
espera su llegada,
que una lágrima brota
al imaginar su cara.
Su vientre abultado
le dice que el tiempo ha llegado,
con júbilo y alegría
prepara la bienvenida.
Su cuerpo frágil,
parece no soportar,
más un lindo llanto,
le anuncia que ha nacido ya.
¡Ha nacido un ángel!
Proclaman cielo y tierra
y al tenerlo entre sus brazos,
sabe que ha valido la pena.
No hay cosa más bella
que exista en la vida,
que ser mujer y de ser madre,
tener esa dicha.
Por cada niño que nace,
en el cielo aparece una estrella
que por siempre brillará,
y su amor y calor, por siempre tendrás.
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