En aquella vista
se encuentra el alma de la niña
esperando divisar con la mira
aquel que amor prometía
Sigue ahí aun en espera
recordando todas esas palabras
que al oído le susurro
que tanta ilucion le causo
Por medio del cristal de su casa
se ve caminar:
Al señor barbero con prisa
pues el día hay que empezar
la sexagenaria señora Cervantes
rumbo al mercado se le mira pasar
al coincidir con la ventana
un saludo a la niña se detuvo a enviar
Así pasa el banquero a toda prisa
cruzando camino con el albañil que no se detiene
y miles de almas que cruzan la misma calle
casi siempre al mismo tiempo del día
Todos menos aquel de mascara bonita
que desde la noche en que unió su cuerpo
al de la dulce y paciente vigía
por aquel ventanal no ha vuelto a pasar.