Déjame descansar
un breve instante.
Déjame por Dios
un poco de alivio
para poder vivir
con todos mis sentidos
un retazo de mi vida.
Déjame vivir
un minuto de sosiego
para poder disfrutar
de lo que tanto anhelo .
Aparta Señor de mí este calvario
de tener que pasar cada día
sufriendo en silencio
este mal que me mina.
Ten paciencia,
y fuerza de voluntad.
¡Sé fuerte!
No te dejes desesperar.
Consejos da quien no conoce el dolor,
los que ningún mal padecieron,
los que nunca privados de salud se vieron.
Año tras año,
día tras día,
hora tras hora
por el dolor perseguida.
Tratando no desfallecer
encauzo cada jornada,
poniendo semblante alegre
y disfrazando mis males
con dulce mirada.
Al verme tan hermosa,
suponen que no padezco,
que sólo son delirios,
que todo son patrañas
para mis obligaciones dejar abandonadas.
Autora, Luisa Lestón Celorio
Registrado
Asturias- España