Arrastro cada día esta incertidumbre
que me va devorando lentamente,
cual hoja, movida al antojo del viento,
ansiando llegar algún sitio nuevo y tropezando.
Viva, cuál semilla que se abre paso,
veo briznas de hierba en el asfalto,
y ese poder que todo lo puede,
la supervivencia del ser que muere.
Bipolaridad ante una realidad turbia,
desecha, hundida, hecha una furia.
Sentimientos fríos y encontrados,
Rabia y llanto vienen de la mano.
Aturdida, mareada por el hedor
intentando sacar fuera, la putrefacción.
Solo siento ira y desesperación
no aprecio lo bueno de la situación.
Menosprecio con ojos enfermizos,
cayendo a cada piedra, con sacrificio
miro mas no veo, sin ser consciente,
que ya no domino, voy con la corriente.
Intentando escuchar y hacer prender
la voz que susurra sin desvanecer.
Todo está en mi ahora lo siento,
el fuego está vivo, sube el aliento.
Prende esa llama en mi interior
que aviva la hoguera de mi lucha.
Pues tengo el poder y es el momento
de calmar mi llanto, borrar mis lamentos.
Tan difícil es apreciar lo que tenemos,
salud, la vida, instantes pequeños.
Al borde del precipicio, temblando,
con la mirada perdida, tiritando.