Ese calor de verano,
húmedo calor, incipiente,
ultrajante calor, vejatorio.
Un espacio inferior, sin distancias.
Una armonía de letras, un poema.
Un punto aparte y un verso más,
descollando una grandeza sin nombre.
El mundo ignora la obra de arte
y los secretos se guardan celosamente
bajo un tapete que cubre aquel cerebro.
CARLOS A. BADARACCO
13/5/14
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