Contemplo complacido en mi recuerdo
cuando de amor impávido solía
saborear las delicias de lo ajeno
sin tener el control de mi osadía.
La suerte me sonrió de tal manera
que puedo memorar aquellos tiempos
como páginas de un libro que se abriera
para dejar escapar mis sentimientos.
Beldades en su esencia he contemplado
las flores más hermosas he tenido
no puedo renunciar a mi pasado
pues el deseo de amar sigue conmigo.
Princesas y odaliscas tendrán siempre
un sitio predilecto en mi velero
donde puedan soñar plácidamente
y agotar la pasión de un cielo entero.