alicia perez hernandez

Tu mirada me desviste

Cuándo te vayas, cierra la puerta de tus ojos,

que me miran, y me desvisten.

he descubierto tus pensamientos

que me desnudas cuando me piensas.

Cierra tus ojos, que revelan, hasta dónde me quieres,

y lo que quieres de mí…

está entreabierta, la puerta, de mis pestañas

para que entren tus besos, los que acarician mi alma,

y tus manos, que mi cuerpo ansían,

cuando desnudas mi alma…

Apacigua tu mirada impertinente, que me desviste

y me acaricia sin tocarme.

 Tu mirada, se pasea oronda, por mi piel desnuda,

 entra por mi escote, y baja por mi espalda.

Dejo tu mano que alcance, lo que ella quiere,

disfruto el tacto, de tus dedos,

que se dejan guiar, por la mirada

que se clavan en mis senos.

Desabrocho los sueños,

cuando dormir quieres en mi aposento.

Dejo entrar tus ojos al tálamo del amor,

dormir quiero en tus ojos, después de haberme visto,

y desnudarme con tu mirada de amor.

-Besos al cielo- 

Alicia Pérez Hernández

-No es la pluma la que escribe es el alma-

 

El amor de su Amado. A mi dulce Ali

Besos de boca -vino de amores-
amo.
Mejillas de rosa acarician
mis labios.
Collares de cuello, pendientes  de oro,
iluminan tu sonrisa de salmo.
De nardo y mirra, narcisos y lirios,
tu lecho aromado.
Lenguas dulces entran en el paladar
del amor íntimo, arrebolado.
En abrazo bebo el vino
de tu bodega, a ti estrechado.
Tu voz, dulzura en el amar.
Tu caricia levanta la sonrisa vertical.
Soy tuyo, eres mías.
Ven, palmera de mis jardines,
al fuego de la llama encendida
-deja los montes y praderas-.
Te abrazo en mi alcoba.
Tus labios son escarlata, rica esencia.
Tus pechos, las  mellizas que yo cuido
por montes y riberas.
Delicioso es tu amor,
que emborracha mis sentidos de viveza.
Tu desnudo, seda entre mis manos.
Miel destilan tus labios y lengua.
Tus vestidos son aroma, perfume del Paraíso.
Acuéstate conmigo, a mi vera:
ha tiempo soy jardín cerrado,
ha tiempo fuente que no ríe,
ha tiempo vergel agostado,
ha tiempo desierto sin oasis.
Oh, Amada, dulce  Ali:
de boca dulce,
de trigales dorados
en el huerto del Edén,
de pechos, racimos de uva, en la cepa enredados.
Ven, te daré de mis amores: -amada azteca-
de mis viñas mosto calentado,
de mi cuerpo,
el regalo
entre sábanas de seda rosa.
Del Amor las velas encendamos,
que ha nacido un arco iris:
el arco iris del Amado.

-salvador- 12-12-2010 Granada