Besé tus labios...
Como el néctar jugosos.
Y al beber sus mieles,
te robé un sollozo.
Besé tus ojos.
Tú, besaste los mios.
Bebí una lágrima,
gota de rocío.
Besé tu mano...
Tú, besaste mi rostro...
Y desnudaste mi cuerpo
de pasiones fogoso.
Y en la mañana temprano;
de primavera y colores,
comulgaron nuestros cuerpos...
sobre pétalos de flores.
Y te entregué mi alma...
Como el que entrega la vida
y te dejé dormida...
Sobre un lecho de miel.
Y me juré en silencio...
Después de mi partida...
Que por el resto de mi vida...
Te seria, siempre !Fiel!.
Autor: Edgar Campo
EDOCAMP.
Email:[email protected]
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