No quiero que lleguen las tardes,
es el preludio de las noches tristes.
Es cuando las lágrimas se juntan
y la respiración se acorta.
Las noches son tan largas, negras,
a veces traen tormentas de angustia,
fantasmas bailantes frente a mis sueños.
No quiero que lleguen las tardes
mi amor se contagia de penumbras,
mi pensamiento lucha y cae
en el laberinto estrecho de fuego,
fuego negro traído del infierno.
Esas tarde, amor, es tu ausencia.
Es tu, No presencia, que lastima,
y cada tarde se agolpan nostalgias,
falta de luz; la noche ya es tormento.
No quiero esas tardes de melancolías,
sentado y sin pensamiento coherente.
Tu sitio a mi lado sigue vacío.
Has que las noches sean largas,
pero de amor, sin purgatorios.
Ven!