Winda

ELLA ES UNA DAMA

ELLA ES UNA DAMA


En un diván de suave terciopelo

con su mirada posada en la ventana,

observando fijamente al cielo

se hallaba sentada una dama.

 

Ataviada con un traje de melancolía

y cubierta con un ligero manto de nostalgia,

élla se encontraba absorta y pensativa

admirando las bellezas que la vida le brindaba.

 

De su rostro el dolor se había borrado

 y ya de sus ojos no emanaban las lágrimas

porque  esa dama al final se había resignado

a vivir con su soledad acompañada.

 

Ya no espera que el amor toque a su vida

 ni alberga sueños fallidos en su almohada,

ya no suplica más por sentirse querida

ni se ilusiona cuando escucha dulces palabras.

 

Ahora  se ha empeñado en vivir tranquila

disfrutando cada momento que la vida le regala

regocijándose plenamente día tras día

sin acunar en su corazón falsas esperanzas.

 

Ya una dulce sonrisa en sus labios se dibuja

y de nuevos bríos se ha colmado su alma,

a su ser la ha inundado una paz profunda

y se prometió estar firme, porque ella es una dama.

 

 

Winda