Espero no le haya
disgustado mi anterior,
Señora Presidente.
Fue mi sentir,
se lo expresé,
y hoy se lo reitero.
Aún sigo esperando
el incremento
de mi mísera jubilación actual.
¿Realmente tiene usted
piedad por los jubilados?
No es obvio.
Señora, si Dios
tiene piedad por
los seres del mundo,
tenga usted
piedad por los
jubilados argentinos.
Hemos trabajado
muchas décadas
para estar cobrando,
una mi....
una miseria.
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 15/05/2014)