Su voz suave melodia otoñal,
que aún en la distancía creo escuchar y en un instante parece
estar aquí, aquella imagen sencilla y angelical de una mujer de ojos profundos
pero risueños, que en más de alguna vez lloró a solas y en silencio.
Sin más compañia que sus recuerdos de tanto tiempo pasado ,
pero quizás buenos
Vio pasar la vida y la muerte por sobre sus cabellos plateados y arrugadas cienes.
Al calor del hogar , su sombra ya cansada y vieja parace adormecerse,
en el silencio de un atardecer de septiembre.
Pero no se apaga su risa ni su mirada ,
y sus manos blancas, cual palomas en libertad se anidan en los que tanto ama,
y sus pasos tranquilos y silentes se nos van.
Los mismos que mediaron tanta distancía entre aquellos que estando lejos ,
Ella jamás olvido.
Su luz es faro y su caminar huella tendida ,
su recuerdo es ya capullo en flor, en el corazón de quien quiera recordarla,
hoy y darle un lugar especial a tan hermosa flor .