Cuando veo la pupila de tus ojos
y el horizonte dentro de ellos
despierto de un tendido letrargo
y a lo lejos el sol perdiendo fuego.
Transito en tu lacio y terso cabello,
delirio en tus labios de rojo coral
recostado en tu piel de tendido trigal
que me aviva como braza de fuego.
No dormi por mirar a la luna
no dormi me encontro la mañana,
no vivi para crear en mi la fortuna
pero si deje la esencia y mi vida por ser,
en ti un segmento y la perfecta teoria
que una familia solo unida puede crecer.
Dime tu dulce llanura, de verde camuflaje
dime tu mar de estepas de alga y coral,
si duermo en tus prados de verde follaje
o navego en tus aguas fluidas de un manantial.
Aviva las brazas de tenue fogata
aviva la vida de llenas esperanzas
aviva que despiertan mis hijos
que pasa tan pronto la temporada
que el tiempo se acaba y nos alcanza.
Autor.Adolfo Casas C.