Tengo un antojo de amor,
de momentos picantitos y bien condimentados,
mezcla de dulce y salado
huevo cocido y leche achocolatada.
Tengo un antojo de rebeldía, de aventura y de proyectos,
de viaje constante de elaboración y resolución,
de un amor concreto y libre,
de esos atropelladamente bellos y sensibles
que descubren poesía en lo más simple
y entienden de filosofía sublime.
Tengo un antojo de naturaleza, de regreso a la esencia,
de campo verde y de lagos en montañas.
Busco esa voz en el viento y en la lluvia
no sé nada de astronomía pero curioseo con las estrellas.
Tengo un antojo de amor, de amor loco y puro,
lástima que no conozco conjuros,
yo soy rosa, a nadie dejo en apuros.