No miraré atrás.
Ya no me sabe tu nombre a primavera,
ni se endulzan mis labios, al nombrarte.
Se coló un frío invierno,
entre mis ojos, y una lágrima
resbala al mirarte.
Se fueron las golondrinas
cual verano y así me iré yo,
buscando en aquel nido,
que dejé dormido, en unos brazos
que ya no existen, pero siento míos.
No miraré atrás, ya no hay camino,
todo se borró como de cuajo.
No lloraré, por lo que hemos vivido,
ni recordaré, esos tus brazos.
Sepultaste tajante aquella tarde,
lo dulce de mi voz, al darte,
el suspiro que de mi alma nace
y tu ni siquiera lo notaste...
y se murió todo en ese instante.
Teresa Ema Suárez
2014