Hace mucho tiempo cuando los españoles recién llegaron al nuevo mundo he iniciaron la conquista trayendo nuevas creencias. En algún pueblo del sureste de México, luchaban por conservar sus tradiciones.
Es ahí donde comienza esta historia. Tirso un joven de apenas 13 años corría despavorido por la selva con rumbo a su aldea, seguro de que un balan (jaguar) lo venia siguiendo al llegar a su aldea su abuela. (Una especie de matriarca y curandera de la aldea), quien se dio cuenta de la forma en que tirso llego, le pregunto -oye niño por que vienes tan agitado a caso te encontraste con algún duende, -no mama Itzel, lo que pasa es que balan me venia persiguiendo, -muchacho mentiroso no hay hombre que pueda escapas cuando balan decide atacarlo. Cuando balan ataca a al hombre es por que el gran cucul kan a decido poner fin a sus faltas, dime pues que has hecho tu para que te persiga.-pero mama Itzel yo no he cometido nada malo yo solo estaba preparándome para la gran cacería, para demostrar mi valor y demostrar que soy digno de pertenecer a la tribu. –tu lo que quieres es tener derecho a casarte a mi no me engañas, bueno si no has cometido nada malo. Esta bien pero anda ve y llama a tu padre que necesito decirle algunas cosas. Dijo la anciana preocupada. Tirso salió rumbo al rio a buscar a su padre quien se encontraba en el rio junto con otros hombres de la tribu practicando la pesca. Llego Tirso al rio y vio a su padre Tamay sumergirse en la hondonada y después de algunos segundos salió blandiendo en la punta de su lanza un gran robalo, ante la algarabía de sus compañeros que jubilosos mostraban su gratitud con el rio por haber sido generoso ese día, salió del rio Tamay y sujetando el hombro de su hijo y con gran orgullo dijo pronto será la gran cacería y Tirso se hará hombre y el demostrara ser mejor cazador y pescador que yo. Después de que tamay hablara Tirso se dirigió a su padre y le informo que la anciana quería verlo y salieron los dos presurosos con rumbo de su aldea. Ya de regreso en la aldea en la choza de Itzel, Tamay se dirigió a su madre – aquí estoy gran señora, poseedora de la sabiduría de la gran can (serpiente), que tienes que decirme madre. –es grave lo que tengo que decirte, a tu primogénito lo estaba persiguiendo balan, si es cierto que el no ha cometido falta alguna para que se le llegue este juicio a lo mejor el castigo es para ti. –pero madre usted mejor que nadie sabe que yo nunca he sido capaz de faltar a las leyes de la naturaleza y que siempre obedezco los designios de los dioses. Contesto este. – bueno si tu tampoco has cometido falta, prosiguió la anciana, cabe la posibilidad de que balan no lo persiguiera si no mas bien corriera con el. – pero madre interrumpió Tamay como es esto posible. –puede ser que Tirso tenga en balan a su tonal, retomo la anciana.- Nana que es un tonal, pregunto Tirso. – cuando las primeras edades de la tierra el hombre no fue echo de maíz así que era torpe y salvaje por lo que los dioses decidieron eliminarlo. El de lodo cuando llovió se derritió, el de madera con el fuego se quemo, así que en su ultimo intento por hacer criaturas que los veneraran los dioses crearon al hombre utilizando la maza del maíz, y dijeron a los demás seres de la tierra este será el hombre pues su cuerpo esta hecho con maíz esto lo ara sabio y prudente, pero también valiente y decidido. Este reinara sobre ustedes y ustedes le serán algunos compañía y otros alimento. Pero los animales mas sabios y feroces se opusieron y dijo el águila será a caso que el hombre ¿podrá volar?, el jaguar pregunto, ¿será capaz de matar con sus garras?, y la serpiente también pregunto, ¿a caso tendrá una mordida tan letal como la mía?, los dioses contestaron que no pero que en cambio su inteligencia serviría para poder llegar un día a realizar todas estas cosas, pero que si estos no querían ser compañía del hombre y menos alimento, entonces deberían de ser sus guardianes, y que en el momento que fuera necesario tendrían que proteger al hombre hasta de si mismo, pues estos eran los únicos que podrían alabar a los dioses haciéndoles estatuas y templos que los demás animales no podían construir. Entonces serian estos su tonal, que significa retoño de vida. Explico Itzel. –nana y como podría yo saber si balan es mi tonal. –es muy fácil Tirso dentro de tres días vendrá la gran luna y tu tendrás que ir solo a dormir bajo la gran ceiba haras una fogata y en la mañana cuando despiertes, si es que despiertas lo sabrás. Sentencio la anciana. Pasaron los días y se llego la noche en que Tirso fue a la gran ceiba. Preparo una fogata según las instrucciones de su abuela y se dispuso a dormir, pero lo el sueño se volvió una pesadilla en la que mil fieras y duendes intentaban atacarlo saliendo de las raíces de la gran ceiba y otros mas grandes de la profundidad de la selva, y entre ellos se decían este es el hombre al que los dioses le consienten todo hay que acabar con el pero una fuerza extraña les impedía acercarse, se llego la mañana y Tirso despertó confundido por todo lo que soñó. Pero al voltear hacia la fogata sonrió al ver entre las cenizas huellas de jaguar, quien seguramente lo cuido durante la noche protegiéndolo de las fieras con que soñó. Regreso feliz a la aldea pues ya no tenia por que temer el jaguar no lo perseguía sino corría con el… regreso feliz a su casa, pasaron los días hasta que se llego la fecha de la gran cacería, todos los jóvenes varones de entre 13 y 14 años se preparaban entusiasmados pues era la primera vez que salían solos de cacería sin ningún adulto que los acompañara pues era su oportunidad de demostrar que eran útiles para la aladea y que ya eran hombres y podían tomar esposa para esto solo llevaban en su arco una flecha con la cual tenia que capturar una presa de mayor tamaño que un mapache, la cual demostraría su valor y que podían proveer de alimento a una familia, lo cual les daba el derecho de tomar una mujer de la tribu para que fuera su compañera si así lo deseaban, pero si no tendrían que esperar otro año, además de soportar las burlas de los demás aldeano y ser servidumbre de los que si lo habían logrado. Salieron pues los jóvenes cada quien por su rumbo internándose en la selva. Tirso salió por la rivera del rio, Chable su primo tomo un camino un poco mas arriba, y así cada quien tomo un camino diferente ya internados en la selva chable vio un mono saraguato que aullaba llamando a los demás miembros de su manada, mientras se columpiaba en una rama. Chable decidió que esta seria una presa perfecta, así que tomo su única flecha apunto y le disparo al mono, pero este era astuto así que cuando vio venir la flecha dio un brinco a otra rama y la flecha paso de largo y por azares del destino en su trayectoria esta encontró la espalda de Tirso. Este cayó de cara al piso quejándose de dolor. Por lo que su primo se dio cuanta de lo que paso y acudió de prisa a auxiliar a su primo, pero un gran jaguar echado sobre el cuerpo de Tirso se lo impidió, chable corrió rumbo a la tribu y al llegar conto a todos lo ocurrido y como el jaguar le impidió ayudar a su primo, salieron todos rumbo a la selva a tratar de salvar a Tirso, pero al llegar al lugar que chable había señalado, no hallaron restos de ni de tirso ni del jaguar. La aldea estaba de luto por la muerte de Tirso, Tamay estaba desconsolado, Itzel lo consolaba segura de que no había muerto si no que algo fuera de su entendimiento había pasado pero algún día lo vería regresar, convertido en hombre, en un hombre muy especial. Pasaron varios años y los españoles por fin llegaron adueñándose de estas tierras, tierras que nadie les había dado, pero que tenían un titulo expedido por el rey de España al virrey de la nueva España, y este a su vez se lo confirió a su buen amigo el conde calleja, nuevo dueño y señor de esta región que hoy conocemos como Escarcega, Campeche. Sometiendo y comprando a los habitantes nativos de estas tierras imponiendo nuevas costumbre y creencias, pero en la aldea de Tirso los pobladores se oponían a adoptar estas nuevas costumbres. Así que hacían todo lo posible por no dejarse dominar ni por el conde y menos por los soldados de la guardia, mismos que estaban en apoyo al conde Calleja por cortesía de su amigo el virrey y eran comandados por un capitán de apellido Alfaro, que los trataba con desprecio y brutalidad. Sometiendo por fuerza aquellos que se negaban a trabajar voluntariamente. Así pasaban los días en la hacienda de la aurora nombre con el que bautizaron a la construcción que establecieron en este lugar donde además de esclavizar a los nativos les predicaban una nueva religión, donde un solo dios era capas de todo y esto los asombraba, pero a la vez los llenaba de dudas de cómo un solo ser había sido capas de crear tantas cosas, si a ellos sus antiguos les habían contado la tradición que eran varios los dioses que junto con cucul-kan habían creado el universo. Así que los hacia dudar pero el cura francisco encargado de la evangelización de los indígenas y mestizos, junto con otros sacerdotes de la nueva España, habían desarrollado una forma de doctrinacion, que no era mas que repetir la formula que siempre había usado la iglesia católica que es la de fusionar las creencias nativas con las nuevas así que para este fin se disponían a celebrar la fiesta del día de muertos, con la finalidad de que fuera mas fácil para los nativos aceptar al nuevo Dios. Así pues llego la fecha del 2 de noviembre y en la aurora se celebro una gran fiesta con este motivo, pero los únicos que tenían derecho a celebrar eran los capataces, los militares los religioso, y claro el dueño de la hacienda y su familia. Empezó la celebración con un baile para después disponer de una gran cena, con platillos suculentos que mezclaban las antiguas recetas heredadas de los moros con las nuevas especias encontradas en la región, y en esta estaba cuando alzo su voz el capitán Alfaro diciendo – salud señores alcemos nuestras copas y convidemos a los muerto no sea que vengan a jalarnos los pies, ja, ja, ja. Rio este, levanto la vos el cura Francisco y dijo no hay que burlarse, de los muertos recuerde que habrá una resurrección y entonces tendrá que rendir cuentas, -tonterías, el muerto el pozo y el vivo al gozo salud, dijo el capitán secundado por el conde que a su vez dijo cuando el mundo se acabe seguro será por que estoy muerto y mientras viva salud, salud hombre que el papa ya nos ha vendido un indulto por cualquier cosa que pudiera yo decir o hacer y vaya que sale caro el derecho a portarse mal, en esta vida y pagar para seguir teniendo privilegios en la siguiente. En estas estaban cuando se empezaron a oír ruidos extraños provenientes de la caballerizas y los corrales, parecía que el ganado había huido en gran estampida, que es lo que ocurre, que esta pasando. Capitán vaya con sus hombres a ver que pasa no sea que estos indios piensen que estamos ebrios y quieran aprovecharse para hacer algo dijo el conde. Salió pues el capitán con un puñado de hombres juzgando que no se necesitaría mas para aplacar a unos cuantos indios miedosos que quisieran a tacarlos pero cuando llego a las caballerizas sus ojos se negaban a creer lo que estaban viendo una bestia con aspecto de león, con aspecto de león y de hombre como un demonio desgarrando a los caballos, los soldados disparaban a la fiera pero el capitán se quedo paralizado, sin poder siquiera dar una orden la fiera arremetió contra sus hombres sin que estos pudieran hacer nada. Se abalanzo hacia el capitán pero al ver que este no representaba amenaza alguna perdió interés y se retiro. Pasaron largas horas en que el capitán seguía inmóvil hasta que los primeros rayos del sol tocaron su rostro y lo sacaron de su letargo, corrió despavorido rumbo a la hacienda donde todos esperaban preocupados, y llenos de miedo pues aunque no vieron lo ocurrido si alcanzaron a escuchar los lamentos de los soldados que perecieron ante la fiera. Que paso capitán que fue lo que ocurrió. El capitán todavía pálido comenzó a relatar su versión de lo ocurrido. –resulta que cuando llegamos a la caballeriza nos encontramos con un león enorme, era uno de esos animales a los les llaman jaguar, y comenzamos a dispararle pero era muy rápido y no alcanzábamos a atinarle, de pronto con un rugir extraño la bestia se convirtió en hombre o mas bien un demonio diría yo por que las balas le rebotaban uno a uno mis hombre fueron cayendo ante sus garras finamente solo quedaba yo, así que me arroje contra la fiera, en dura batalla, pero mis manos no podía hacerle daño, así peleamos por horas hasta hace unos instantes en que el demonio huyo por la llegada del sol. –es usted un héroe capitán mire que pelear durante horas con la fiera y no traer ni siquiera un rasguño es de admirarse. Comento el conde. –es usted un santo dijo el cura, solo un santo podría pelear contra el demonio sin que este lo dominara, escribiré pues al papa, para contarle lo ocurrido, -no hay por que hacer escándalo de esto, y no es necesario molestar a su santidad, que tal vez solo fue que la suerte me acompaño por eso no me paso nada. Aparte de todo es usted modesto capitán, intervino el conde. Mire que no querer que se le reconozca por su gran Azaña. No fue nada solo cumplía con mi deber contesto el capitán tratando de evitar que se investigara y se descubriera la verdad de lo ocurrido. En tanto en la aldea de Tirso Itzel se preparaba para las labores cotidianas de la aldea cuando salió al patio y no daba crédito a lo que sus ojos veían, tendido en el patio estaba Tirso su nieto desaparecido, aquel que todos aseguraban había sido comido por el jaguar en la selva. Hijo, hijito mío eres tu, si nana que pasa, contesto Tirso confundido. –estaba soñando con la gran cacería nana, cuando sentí un dolor agudo en la espalda y ya no recuerdo mas. –hay hijo si tu supieras todo lo que ha pasado. Llama Itzel a tamay quien al ver a su hijo perdido no lo podía creer, se reunieron todos los habitantes de la aldea, unos con miedo otros con curiosidad pero todos gustosos de que hubiera regresado el hijo de patriarca. Poco a poco fueron poniendo a Tirso al tanto de lo que en los años de su ausencia había pasado, también llegaron hasta la aldea los rumores de lo que en la hacienda había ocurrido la noche del día de muertos. Sin que nadie lo relacionara, nadie excepto la vieja Itzel, que intuía lo ocurrido. Pasaron los días y todo estaba regresando a la cotidianidad, tanto en la aldea como en la hacienda. Hacienda que Tirso no conocía pero que movido por la curiosidad de todo lo que le contaban se acerco a conocer oculto entre los matorrales se acerco lo mas que pudo todo le parecía nuevo, todo le parecía mágico. Pero de pronto sus ojos se maravillaron con lo que vieron montada sobre un dragón se acercaba a el lo que parecía una diosa, no se pudo resistir ante la visión que tenia frente a si y salió a su encuentro, venciendo su timidez que lo mantenía escondido. Con paso lento pero decidido se acerco a la diosa solo para mirarla a los ojos. Esta volteo a verlo, con esos ojos que resaltaban en su cara blanca como la luna, parecía en verdad una diosa que en su rostro combinaba la belleza del universo. Cuando una voz a lo lejos le previno. Señorita Lucia no deje que ese indio se le acerque puede ser peligroso. Pero Lucia parecía no escuchar contemplando a su vez a aquel indio diferente a todos los que antes había visto, un indio con mirada salvaje pero tierna que confundió sus sentidos, -señorita Lucia, le he dicho que no se acerque que es peligroso, uno nunca sabe como reaccionaran estas bestias. –Ah, capitán es usted, no se preocupe se cuidarme. Si, pues si algo le pasa no sabría que cuentas darle a su tío el conde. Esta bien pero no creo que este indio sea peligroso. Regreso lucia a la hacienda y el capitán se acerco a Tirso y dándole un fuetazo en el rostro le advirtió a Tirso que no regresara pero este ni se inmuto. Bestia, seguro que ni siquiera me entiendes, refunfuño enojado y se retiro para alcanzar a Lucia. Lucia era el único familiar con vida que tenia el conde Calleja pues a pesar de ser viudo su difunta esposa no tubo la suerte de darle un hijo, y los padres de Leticia murieron años atrás en un barco que naufrago antes de llegar a la isla de cuba procedente de Lisboa. De regreso en la hacienda Lucia desmonto de su caballo y se dirigió a la cocina, pregunto a una de las muchachas que ahí trabajaban por el indio que había visto quería saber quien era. Nadie le supo contestar nada. Se fue a su cuarto y fue ahí donde se le acerco una de las ancianas que trabajaban en la hacienda, ella era de una aldea vecina a la Tirso y tenían el mismo dialecto y costumbres, por lo que ella sabia muy bien quien era el joven ya que la noticia de su desaparición y su posterior llegada, había sido muy comentada entre las aldeas vecinas, así que le dijo -ese joven es Tirso el jaguar, mote que se había ganado por la mancha que le quedo en el lugar en que un día por accidente su primo le clavara una flecha. Lucia pregunto muy interesada en saber mas acerca aquel indio que a diferencia de otros no agachaba la mirada si no que la había visto a los ojos como de igual a igual.- ¿ por que el es muy distinto a los demás indígenas?, digo físicamente es muy similar, pero el tiene otro aire como si conociera mucho acerca de los secretos del mundo. –niña, contesto la anciana. Dicen que el regreso de la muerte, cuentan que hace mucho años murió y desapareció en la selva, pero que regreso del mundo de los muertos, pero nadie sabe para que. Por su parte Tirso ya de regreso en su aldea con entusiasmo le contaba lo sucedido a su abuela. –mama Itzel la hubiera visto era semejante a una diosa, dominando al dragón y este se dirigía para donde ella lo guiaba. Ese no es ningún dragón le llaman caballo y es un animal muy tonto pudiendo correr libre por el monte se deja montar y trabaja todo el día por un poco de pasto y comida. Pero parece muy fiero y muy fuerte replico Tirso. No es más que una bestia bruta. Concluyo la anciana. Al día siguiente Tirso se dirigió nuevamente rumbo a la hacienda para tratar de ver nuevamente a Leticia pero esta no salió, y no salió tampoco en los días siguientes, pero Tirso no se daba por vencido, seguía acudiendo aquel árbol cerca de la hacienda donde la viera por primera vez, hasta que un día la vio de nuevo esta vez venia caminando contemplando las flores nativas de la región, se sorprendió de la forma de algunas como el ave del paraíso, muy común en la selva entre Tabasco y Chiapas. Se desplazaba con tal gracia que a Tirso le parecía que flotaba, la dejo acercarse y después que la tubo bastante cerca se animo a salir se planto delante de ella, pero no dijo nada, no sabia que decir, al menos no algo en la lengua de los dioses. Así que se quedo callado contemplándola. Leticia lo miro fijamente a los ojos y le pregunto –¿que haces, a caso me estabas espiando?, pero este no comprendió nada y la seguía mirando, y otra vez Leticia a preguntar, ¿como te llamas, es verdad que regresaste del mundo de los muertos?, ¿A que has venido?, pero Tirso no contestaba. Leticia comprendió que era inútil seguir preguntando a si que se retiro con la idea de traer a la anciana que le había platicado sobre Tirso para que esta fuera su interprete, -espera no te vayas le dijo y salió corriendo. El capitán la vio llegar y alzo la mirada y a lo lejos vio a Tirso y creyó que este la había molestado, así que monto su caballo llego hasta donde Tirso se encontraba y sacando una reata golpeo a Tirso con esta pero esta vez Tirso no se dejo, atrapando la reata en el aire se la arrebato y lo tiro al suelo el capitán saco su pistola y le disparo a este, pero no le dio sin embargo Tirso decidió retirarse al ver que al menos una docena de soldados venia a su encuentro, Leticia salió para averiguar lo que había pasado y trato de detenerlos pero fue inútil Tirso corrió entre la selva y se perdió en su espesura, mientras el capitán Alfaro hacia pataletas de coraje. Ese indio otra vez, pero la próxima lo voy a capturar y a azotar para escarmiento de su raza.los días siguientes Tirso se tubo mas cautela al acercase a la hacienda, para no ser sorprendido por el capitán. Leticia por su parte no podía sacar de su mente el encuentro con aquel indio que le parecía por mucho mas atractivo que muchos nobles que la pretendían, más viril y gallardo que cualquier caballero que ella hubiere conocido. Llego la noche del 11 de diciembre aun no se celebraba a la virgen del valle de lobos (o Guadalupe), en latín. Pero en para los nativos de estas tierras ese día tenia un significado muy especial desde antes de la llegada de los españoles con su nueva religión este día se celebraba a Tonanzìn, la madre tierra, quien es la que da vida y forma a todo lo que nos rodea. Esa noche la en la hacienda ya todos dormían menos el turno de la guardia que vigilaba cuando se escucho un estremecedor grito de terror en las afueras de la hacienda, era una india que seducida por uno de los soldados accedió a ir de noche rumbo al rio para encontrarse con este, pero en su camino no conto con encontrarse con la bestia mítica que el capitán Alfaro había descrito, y grito y corrió, pero la bestia tenia otros intereses, en la hacienda el grito puso en alerta a los centinelas, mas estos no vieron nada hasta que ya era demasiado tarde para reaccionar, frente a ellos un monstruo mitad hombre mitad bestia arremetió letalmente, cuando el resto de los soldados que dormían en la cuadra salió solo fue para encontrar uno a uno la muerte, el capitán llego desesperado disparando contra la bestia pero las balas no le entraban, un puñado de indios trabajadores de la hacienda quisieron intervenir, pero la bestia les arrebato los machetes y cuchillos que llevaban, mas no les hizo nada, entonces estos comprendieron que el monstruo no quería hacerles daño. Y se retiraron asustados, lentamente se dirigió hacia el capitán y este aterrado, mojo los pantalones y temblando se arrodillo ante el jaguar pidiendo clemencia. En tanto el conde Calleja, quien escandalizado por el ruido acudía a ver que pasaba, sin mas armas que sus propias manos se lanzo contra la bestia y esta se lo sacudió de un zarpazo dejándolo casi inconsciente, Leticia y otras mujeres gritaron desesperadas pues también ellas habían salido ante el escándalo, el jaguar siguió lentamente hasta llegar al capitán quien lloraba y suplicaba por su vida la bestia lo tomo por el cuello y cuando le iba a asestar el zarpazo que diera fin a sus días, Leticia intervino armándose de valor grito y dijo suelta y se interpuso en medio de los dos tratando de arrebatárselo de las manos, el jaguar enojado estuvo a punto de golpearla cuando la luna ilumino la cara de Leticia y este la vio y reconoció y ya no pudo hacer mas nada. Dando un rugido estremecedor, lo soltó y se interno en la selva. El conde se recupero de su aturdimiento, miro al capitán y le dijo -será mejor que mañana mismo se vaya usted de mi hacienda, no quiero mas aquí a un capitán cobarde.- Pero conde y lo que habíamos hablado sobre la mano de su sobrina mire que aquí no hay mas que indios y negros quien podría ser pues mejor esposo. –Cualquiera indio o negro mientras sea capaz de ganarse el pan con sus manos y sobre todo mientras no sea un cobarde como usted. Fuera de mi propiedad remato el conde. El capitán no pudo refutar nada agacho la mirada y se fue. Al otro día durante el almuerzo Leticia pregunto a su tío. –Es verdad que me dejarías casar con un indio. –No eso lo dije sin pensar, tu sabes que yo no tuve hijos y que siempre he querido lo mejor para ti. A si que espero que te cases con alguien que este a tu altura. –Pero tío de que sirve si esta a mi altura si yo no lo amo, acaso esto no me haria mas infeliz que feliz, no es mejor casarme con alguien que me ame y que yo ame. –Tienes razón hija, pero a que viene todo esto. Entonces Leticia le comento acerca de sus encuentros con Tirso y lo que la hacia sentir. Estas loca hija mía ese indio no esta interesado en ti, el solo te ve rara diferente a las mujeres de su tribu, pero nada más. Ese día salió Leticia al campo y esta vez Tirso no se escondía sino que sabiendo que ya no había nadie que lo molestara se acerco y se planto delante de Leticia la miro y ella a el, ella quiso decir algo pero el tapo su boca con un dedo y después con un beso. El no hablaba español y ella tampoco maya así que cualquier cosa que tuvieran que decirse esta de sobra cuando se entiende a la perfección el lenguaje más común en el universo el lenguaje del amor. Al conde no le quedo mas remedio que darle a Tirso a su sobrina sabiendo que solo así ella seria feliz. En silencio se consolaba recordando las últimas palabras que le dijera al capitán mejor un indio o un negro que un capitán cobarde. Las cosas cambiaron en la aurora, todos trabajaban por el bien común, el jaguar no volvió a presentarse, aunque algunas noches aun en este tiempo, cuando la luna es nueva se oye en la selva un rugir. Que nos recuerda que si la sangre maya esta en problemas un jaguar en su ayuda puede surgir.