me ladeé por fin, me caí de al verguenza,
ocho apellidos que dan verdadero asco,
ocho apellidos que no son vascos,
pero si españoles.
ocho apellidos teñidos de sangre y robo,
un hijo de un listero de trabajos fuertes
robando de las horas, cien salarios.
me ladeé por fin, sentime hollado,
venid diablos a mí,que estoy marcado,
condenado a vivir entre ladrones,
ocho apellidos de verdadero fiasco.