“El Señor no se tarda para cumplir su promesa, como algunos piensan, sino que nos tiene paciencia y no quiere que ninguno se pierda, sino que todos se vuelvan a él” (2 P 3:9 Reina Valera Contemporánea).
Sin embargo, desde a. y d. C. ya es multitudinaria la cantidad de los que se han “perdido”; en consecuencia, por ese “ninguno”, las palabras del apóstol esbaran en el sin sentido.
(soneto)
Omniscio Dios, si existes —que lo dudo—,
conoces de mi duda la razón;
no surge de un malvado corazón
ni de un prejuicio necio, testarudo.
La vida nos expone al hecho crudo,
y he visto que la férvida oración
se eleva sin hallar contestación,
pues tú, si acaso escuchas, quedas mudo.
¿No hiere tus oídos el quebranto?,
¿tus hijos no te mueven a piedad?,
¿inhibes el amor de \"Padre bueno\"?
\"Señor de los ejércitos y Santo\",
si puedes y no vitas la maldad,
¿absurdo no te encuentras..., ruin, obsceno?
viernes, 3 de mayo de 2013