Soñé con usted, me abrazó,
pude sentirlo y al despertar
sus caricias seguían latentes en mi piel,
.entrelazando nuestras manos,
uniendo nuestros labios,
fundiendo nuestra piel,
para hacer de los dos un sólo cuerpo.
Dulce y divino es este vicio
que despierta mi instinto
por hacerlo mío y me eriza las ansias
de entregarnos en cuerpo y alma,
ser un sólo latido, perderme en su mirada
y encontrarme habitando su piel
y cada uno de sus sueños.