Al hombre justo que en tierras de Soria
entre encinas y olmos se entretenía
haciendo tan profunda poesía
quiero rendir honor a su memoria.
Del Duero y Moncayo fuiste vigía,
y estrella errante de nuestra historia;
en tus senderos hallaste la gloria...
¡Camina eterno!, Leonor te guía.
Exiliado se apagaba tu ser,
cerca de esta España de tu querer
y de esos viejos campos de Castilla.
Y allí enterrado sabes que sin ver
sus verdes prados vuelven a crecer
pues los has honrado con tu semilla.