No tengo el gusto
de conocerte personalmente.
Pero a través
de la historia
de tu vida,
he llegado a amarte.
Tus enseñanzas
hago lo posible
de grabármelas
en mi corazón
y en mi alma.
Siempre te llevo en ellos.
Y es así, cuando
te siento en mí,
que comienzo
a ser feliz.
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 18/05/2014)