Rogué que el tiempo
se detenga en ese instante
y me aferré a tu abrazo
como nunca antes lo había hecho.
En tu revés la página era en blanco
y en mi revés ya no quedaba espacio.
Aquella noche,
la negra muerte pudo vencerme.
Aquella noche,
las cartas jugaron a tu favor
y no lo hizo.
Jorge Leonardo Torrez
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