Renuncia.
Pensó que podía seguir,
pero algo en su corazón
la hizo desistir. Sus latidos.
Que poder tenía aquel ser,
que había llegado a la vera
de su vida, pero no soñó junto a ella.
No creó la ilusión de un cielo,
donde cobijarse.
Y eso la hizo renunciar.
Lo miró con la dulzura,
de una mujer enamorada,
pero le dijo Adiós, no quería
continuar sin sueños.
Y colgó todo su sentir,
en el más solitario lugar
de su existencia…su ilusión.
Teresa Ema Suárez
2014