kavanarudén

Hay oportunidades

 

 

 

Un momento de oscuridad, reafirmó una vez más, la importancia de la luz y el sentirme “hijo de la luz” y no de las tinieblas.

 

Un momento de dificultad, me mostró los verdaderos amigos.

Aquellos que en el silencio sabes que existen que te apoyan, que están a tu lado.

Aquellos que se te acercan sin temor a contagiarse, que te quieren y respetan por lo que verdaderamente eres:


AMIGO: si mi situación económica me lo permitiera me tomaría un avión e iría a dónde estás tan sólo para abrazarte. Sé que lo necesitas, no sé que pasó, no sé si quieres contarme. Si no, respeto tu silencio. Sabías que se aproximaban momentos muy duros. No es fácil realmente lo que te toca vivir. Quiero que sepas simplemente que estoy. Que si en algún momento quieres descargarte lo puedes hacer. Me has dejado con un nudo en la garganta al leer lo que escribiste. TE QUIERO MUCHO”.


“Hola amigo , no caigas en el error de no creerte merecedor del amor...ese es un disco viejo de la infancia, que cuando lo oigo me digo...no soy lo que mis padres hicieron de mí...hoy valgo por lo que yo he construido y tù también..\"

 

“Me atrevo a escribirte porque leyendo tu escrito de hoy, siento que estás en uno de esos días negros, llenos de fantasmas horribles que quitan hasta el sueño.

Si te sirve de algo, yo te aprecio y quiero que sientas que te quiero aunque esté lejos. Eres importante y muy importante, no lo olvides.

Te envío todo el cariño de mi corazón y si puedo hacer algo por ti dímelo, aquí está mi mano extendida para tomar la tuya. Un abrazo con todo mi cariño….”


Bendito Dios por la amistad, aquella que no destruye, ni disminuye la distancia. Bendícelos y protégelos.

 

Un momento de dolor, me hizo ver mi miseria, el rencor, el odio que llevo dentro, que poco a poco me carcomen y del cual quiero despojarme.

 

Un momento de soledad profunda, hizo que me diera cuenta, que el perdón es el único camino para seguir viviendo en armonía conmigo mismo, con los otros y con el Otro. No existe otro camino. Yo mismo le doy el poder a los demás para hacerme daño, yo mismo se los puedo quitar.

 

Un momento de inseguridad me hizo experimentar, un vez más, el amor profundo de la persona que amo:


“Mi amor, no hay ya nada más que decir que no se haya dicho. Quiero ayudar a superar éstas situaciones . Pero reconozco que no soy de gran ayuda. Me han hecho tanto daño desde que he nacido, que siempre me defiendo cómo gato panza arriba. Excepto contigo, que eres mi remanso de paz y mi felicidad. Ahí es donde a lo mejor no llego. Me explico, he aprendido a afrontar muchas situaciones y casi ninguna buena. De ellas he aprendido que la vida es bella y que quiero ser feliz a pesar de que muchos se empeñen en lo contrario. Pero siempre te digo que te tomes tu tiempo. Yo te espero. Te amo”

Bendice, ¡OH Dios!, este amor y hazlo cada vez más profundo y fructífero.

 

Un momento difícil me hizo caer en la cuenta de mi egoísmo y el peligro de perder todo lo que amo por mi autocompasión, victimismo, pesimismo. Tres bases donde se construyen la infelicidad y el fracaso. Que la vida es bella y corta. No vale la pena malgastarla en rencores, odios, temores....

 

Un momento de lobreguez me hizo dar cuenta de los valores que tengo dentro. Que no soy el pasado. Que tengo grande potencialidades. Que mi peor enemigo soy yo mismo. Que no importa caer sino levantarse aprendiendo de las caídas. Que soy débil pero que poseo una gran fuerza dentro. Que soy un cóndor, destinado a volar alto. Que no estoy solo, que el otro, los otros y el Otro me acompañarán siempre.