Hoy tengo celos de ti,
de tu piel que es como seda,
que me llama y que me anhela,
pero yo… aún sigo aquí.
Celos de tus pantalones,
que cubren tus bellas piernas,
donde yo escribo poemas
y esculpo mis ilusiones.
Tengo celos de tus blusas,
que esconden esas montañas,
donde se pierde mi cara,
sin pudor y sin excusa.
Y tengo celos también
del aire que tú respiras,
que en tus labios es sonrisa
y a mí me saben a miel.
Hoy tengo celos de ti,
por lo mucho que te quiero,
pues sin ti no vivo y muero,
pero yo… aún sigo aquí.
El Poeta del Amor
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