Te recuerdo Gris, en la destellante,
miel de tu voz, y el listón que ata tu pelo,
reluciente como gema en el ocaso elegante
y, limpio como un nuevo cielo.
Llenarme de ti, son mis anhelos;
tengo sed de tus hespérides,
de tus lágrimas en vuelo
junto al manzanar verde de tus venas.
Mi pequeña isla dentro de mi alma,
donde se mojaron de besos nuestro rubor,
de tus labios cayendo sonrisas,
de tus cabellos dichas y, yo recogia
de tu mirada un pacto de amor.
Alegráronse las aves en las cumbres,
los campos danzantes se hacían ver,
¡qué mujer azul: <<decía la muchedumbre!>>,
.........me conmovio tu ser.
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John Morales Arriola