Te vez hermosa, ¡vida mía!
caminando de mi mano,
me gusta cuando sonríes, cuando callas,
y tus ojos me hablan de tus deseos
intensos por mí.
Te refugias en mis brazos
y te beso tiernamente,
cierras tus ojos misteriosos
para ofrecerme la miel de tus labios.
Te tomo de tu cintura delgada
para acercarte a mi pecho,
besarte apasionadamente
y embriagarme con los besos
que jamás me dieron,
mi corazón late de prisa,
mis deseos son intensos
y los tuyos
aumentan nuestras ganas
cuando sientes mis labios calurosos
por tu cuello, por tu nuca, y tus orejas
que se ponen color sangre viva,
provocando en mi,
deseos intensos de besar
las aureolas de tus senos
que calientes y redondos
me ofreces.
Es de noche,
nuestra habitación secreta
nos aguarda
como cómplice de este amor
desmesurado y loco
que vivimos los dos.
Me miras y te miro
con intensa pasión,
el deseo se apodera de los dos
y nos fundimos en un abrazo,
busco tus labios, y me besas con
pasión.
Esta noche,
las palabras sobran
para unirnos con nuestra entrega
en un solo cuerpo y un solo corazón,
para alcanzar el momento más sublime
de nuestra entrega sin igual.
Te amo y me amas,
te deseo y me deseas,
¡Que dicha vida mía, de tenernos otra vez!
La noche, las estrellas y la luna
cómplices de nuestro intenso amor,
nos invitan una vez más,
al placer, a ese deseo de sentirte
¡mía, solamente mía!
Es de madrugada y yo
sigo disfrutando de tus senos
calientes de pasión,
tiernos y dulces
como fruta madura,
el placer intenso te obliga
a buscar entre mis piernas,
lo que tanto deseas
lo pones en tu rosa volcánica
penetrándola con gemidos de placer
y yo me emborracho
con la dulzura de tu ser,
provocando en ti
el éxtasis de un orgasmo,
cabalgando a lapar sin cesar,
hasta que nuestros cuerpos
desfallecen de intenso placer.
Te vez bella, niña hermosa,
dormida sobre mi pecho,
embriagado de tanta pasión,
te miro y te beso con dulzura,
¡ cuánto te amo, amor mío!...,
ahora eres mía, para amarte,
para entregarte, este terco corazón,
que se niega a olvidarte.
Autor: Mauro J. Cassaño
mallíto
19/05/14