Cantaba el Turpial
en las ramas de un mango
y por estar cantando
despertó al Cardenal,
éste de modo especial
al canto se unió
y su canción entona
y una Paloma
se despertó.
Un trío se formó
con voces en coro
y el señor Loro
se espabiló.
Él también se unió
y comenzó a cantar
y un Gavilán
también llegó.
Allí se formó
un canto magistral,
cantó el Alcaraván
y también la Paraulata
dejó melodía grata
junto al Cucarachero;
y a ese canto bonito
se unió el Gonzalito
que alegrías trajo
también al Arrendajo
con su voz exquisita
junto a la Chirita
que se unió en el cantar
de esta fiesta bonita
que comenzó el Turpial.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela