Paseaba yo por la playa en una tarde serena
Me miraste y dijiste “tan linda y sola, ¡qué pena!”
Arrancaste de mis labios, la sonrisa más sincera
Me enamoré al instante, como por vez primera
No tuviste que insistir, quería andar a tu lado
Caminando por las nubes, en un cielo estrellado
Jamás me había fijado, en el turquesa del mar
Ni escuchado a las olas, parecían dialogar
Con tu brazo tan viril, enlazaste mi cintura
Mi corazón galopaba, sin brida y sin montura.
Abrazados en la arena, nos encontró la noche
La luna, avergonzada, no hizo ningún reproche
En profunda oscuridad, nos besamos, con locura
Como dos enajenados, soportando una tortura
Tu piel se metió en mi piel, creí que iba a morir
Estaba en el cuarto cielo, muy lejos de ahí.
Por eso cuesta creer, lo que andas divulgando
Que no soy ninguna buena y estabas aprovechando
No sé quien pueda creer y pensar de esa manera
Te entregué el corazón y me tratas de ramera
¡Hombre!, si puedo decirlo, tan solo te he amado.
Lava tu boca con hierbas, antes de ensuciar mi nombre
Criatura del averno, da pena tu proceder
¡Nada sabes del querer!
Y de mi odio te has salvado,
Porque comprendo que has sido,
un maldito endemoniado