Cuando la vida te acerca
a los extramuros de la conciencia
sin tener experiencia
de las razones perdidas
no le encontrarás salida
al laberinto constante
ese como agravante
te está cerrando la vista.
y el pensar se te enreda
acabándose el raciocinio
la cabeza te da vuelta
como un gran tio vivo
llegando ese mareo
donde pierdes el equilibrio
durmiendo en la inconciencia
donde se acaban los trinos.