jairodelacroix

Madrecita

Madrecita linda, eres esa mirada risueña que destella el horizonte al despuntar la mañana, eres una sonrisa ancha y llena de orgullo que conforta los días lluviosos, eres brillo irremplazable que fulgura y resplandece en todas las direcciones del alma, eres el amor fresco e incondicionado que se destila a todas horas y eres la flama eterna que enardece mi pecho cuando me abrigas en tu abrazo...

 

Has partido de mi vida, volaste a la lejanía resguardada en los brazos del ocaso, silenciosa y súbita tu despedida cual viento vengativo que arrastra consigo la hierba de las verdes praderas, desangrando el corazón en lastimero llanto por tu ausencia, rotas quedaron mis palabras ante tu cuerpo inerte… descendiendo al eterno refugio de la tierra para desvanecer tu espíritu y volver a las cenizas…

 

Madrecita, nunca más he de sentir tu serena mirada brillar con mi reflejo, ni podre envolverme en tus brazos que acogieron mis sueños y mis lagrimas siendo una criatura, ni he escuchar tu risa enardecida contagiada de vida… tu amor, ese bendito y apacible refugio que por tanto tiempo di por sentado se ha apartado de mi senda, justo cuando más lo empezaba a atesorar…

 

Madrecita, fuiste fuego imperecedero en mi hogar, flor risueña que broto incluso en los más fríos inviernos y roca sobre la que se sostuvo una fortaleza…fuiste tanto, madrecita, que no bastan mis letras para expresar con justicia tu bondad y tu querer…

 

Las flores que adornan tu sepulcro se han marchitado, tristes plegarias brotan de los labios de mi padre y el frio que recorre mi cuerpo ante tu eterno descanso ha de quedar esculpido por siempre en mi corazón… el coche negro de la muerte ha transportado tu alma a la presencia del creador, mientras que las tinieblas del desconsuelo inundan mis alrededores… por ello he de encender una vela para alumbrar mi soledad con tu recuerdo…

 

Vivirás en las remembranzas de mis días bajo el sol de primavera, vivirás en la nostalgia de una navidad sin nieve blanca, vivirás en la poesía de una flor que se abre con el beso del sol, vivirás en la sonrisa de una niña traviesa y alocada, vivirás en cada lagrima que derrame mi padre por tu causa, pero sobretodo, vivirás en la eternidad como justo premio a tu labor…

 

Vivirás a mi lado, en mis acciones, mis oraciones, mis letras y mis bondades, en todas las historias que broten de mi pecho para mis hijos y para el mundo…

 

Ahora y para siempre, que Dios te cuide madrecita.

 

Tu hijo que te ama.

 

 

Jairo De la Cruz