Mirando el mar,
su silencio desplegar
después de naufragar,
a la orilla de la playa,
sus olas viene a descansar.
la espera ansiosa,
la textura de sus aguas,
sobre la arena humeda,
sus pies mojaba,
y al mar los cangrejos,
regresaban.
el desliz de su espuma
que acaricia bien amada,
comparada con la delicia
de toda la semana.
Risa y amor
a flor de piel,
cae la brisa a la par,
con el anochecer.
Dueños del mar,
del mar personal,
cuerpos desnudos,
empapados,
como el pez en el mar.
la luna iluminaba,
las estrellas ya brillaban,
el alba ya llegaba,
el pez nadaba y nadaba
sintiendo la delicia
que exitaba, bien amada,
del rose toda la semana,
en las profundas aguas.
que en espera,
se encontraba esa madrugada,
cuando el mar en calma se encontraba.