Como quisiera parecerme a mi mama…
Ella hablaba con sabiduría y siempre hacia el bien,
Teníamos una noria de donde se sacaba el agua,
aparte del agua potable, pues ella regalaba a todas
las señoras del barrio el agua de la noria.
-Yo le decía véndaselas y ella decía: No por qué, sí hay mucha agua-
Era amiga de toda la gernte del barrio, todos podían contar con ella,
para lo que fuera. Teníamos una tienda y era más lo que fiaba,
que lo que vendíamos y aunque si, le pagaban, yo le decía no fie.
Cuando alguien estaba enfermo la mandaban llamar,
Porqué ella oraba por los enfermos, y les llevaba alimentos.
Mi madre era una mujer virtuosa, y muy inteligente.
A pesar de que no tuvo estudios…
-Era cuando los cristeros, y las escuelas estaban cerradas-
Tubo (13) trece hijos y a todos nos cuidó y protegió
Cuando quedábamos solo 7 hermanos falleció mi papa.
Y mi mama de 45 años y viuda, nos sacó adelante
Vendía leche, leña, hacia tortillas para vender, y atendía la tienda
La veía trabajar de sol, a sol y parecía de hierro no se quejaba nunca.
Ahora anhelo ser como ella, he metido mucho la pata,
Me equivocado en algunas decisiones, me he tomado de mala,
Herida y lastimada, he cogido coraje a la gente que me ha dañado.
Me he amargado creo, ya no veo la vida, como ella, me la enseño.
Ahora, me culpo de todo, se me va en llorar mi dolor.
No soy fuerte, como lo fue ella. Creo que se avergonzaría de mi ahora.
Hoy cumpliría anos mi mama, y todo el día pensé en ella,
Y en lo mal que me he portado, he herido a mucha gente
queriendo desquitarme, de cómo me siento, me veo, y no creo en mí,
en la que veo, en el espejo, me cambio la vida totalmente
como puede perder el rumbo, y olvidarme de sus enseñanzas
y echar a perder mi vida. Sí, no fuera porqué creo en Dios,
y a él, clamo para que me vuelva la piel y el alma que deje en el camino.
No me gusta como soy, no fui educada así. El amor de mi madre, era especial, un ser dotado de virtudes, y amor al prójimo y amaba a sus hijos hasta la vida. Que Dios me perdone y cambie mi rumbo.
(Creo que el amor me enloqueció) ¿Cómo me verán mis hijos?
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe, es el alma-