Tanta noche hay en mí,
tanta nostalgia,
ya parezco iglesia,
ya asemejo una nube de espuma,
de espuma que recubre
la tela firme de mis sueños.
Tantas estrellas hay en mí,
aquellas que durmieron
en nuestro viaje a Chachapoyas
Hay tanta noche,
tantas estrellas en mí,
tanto deseo
y lo expreso
gritando al cómodo silencio
que no me deja oírte
y a la distancia enfurecida
que no me deja verte:
Por qué ha de estar lejos
la dichosa responsable
de mis amaneceres jubilosos;
por qué ha de estar lejos
la hermosa responsable
de mis tardes arenosas;
por qué ha de estar lejos
la grandiosa responsable
de mis noches de marea.
Hay mucha noche en mí,
tantas estrellas,
tanto de tu imagen,
de tu sed,
de tu presencia jubilosa,
de tu estallido de belleza,
de tu rostro
que emociona como fiesta.
Hay mucha noche,
demasiada nostalgia,
tanto de ti
como pájaros en campos
donde dio a luz la primavera.
Hay mucho de ti,
eterna vía de hadas amorosas,
Hay mucho de ti,
mansedumbre de santos complacientes.
Hay mucho de ti
en mí.
Mucha noche;
mucha tarde;
mucha alba vespertina.
Hay tanto de ti
en mí
que al recordarte
me siento dormitando
en la vastedad del universo.