Me conquisto con la mirada. Aquellos ojos,
de enigma, de formas oscilantes.
¡Qué tiernos amaneceres se desprenden de tu faz!
¡qué majestuoso! era tu vestido ROSADO de
premura realeza sin-igual, la tierra parecía tu encanto.
¡Qué fino tu cabello!, cual ¡divino! misterio que peinan
unas nubes, parecías un ángel, tu sonrisa de cielo.
Tus manos, si tus manos tenues, que acobijan ,
el universo invisible, eras tú una pregunta,
que al golpe de un latido respondió mi corazón.
¡Tu boca!..que es el altar de mis besos,
ofrendas de suben límpidas a los atrios,
de tu romántico amor.
...............................¿?
¡PERDONA MI AMOR INMENSO!..
para ti, son estos versos.
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John Morales Arriola