Cuando los demás me cuentan su noche ideal me hablan del lugar donde estuvieron,
de las locuras que hicieron, del desenfreno, de la pasión y del deseo
pero son pocos los que me hablan de con quién estuvieron.
Me cuentan lo más importante pero se olvidan de lo fundamental.
Una noche ideal para mí sería aquella que pasase con ella.
Una noche compartida, en la que no hubiese estrellas,
más que una,
y en la que reinase la oscuridad más profunda.
Mi noche perfecta la escribiría a la luz de una luna,
y estaría con ella,
la tendría ahí conmigo alumbrando mis líneas con sus ojos de cielo.
Esa sería mi noche ideal.
Acariciando su piel, mimando sus cabellos y susurrando sus labios.
Una noche que llega y que está grabada en mi cuento,
y que jamás llegó a estarlo en el nuestro.
Pero eso no importa, si al final se hace siempre realidad en mis sueños.