Conmovida en su cuerpo
Reconocí mi ser
Soy el manojo de momentos despiertos
El frío de un día cualquiera
El sueño al amanecer
Dueña de mi cuerpo
De mis ideas
Mecidas en el instante inconcluso del hoy
Intenso y caprichoso
Del aliento configurado
Y ella, la soledad
Recreándose en mí
Jugando en mi mar.